Un nuevo estudio publicado en Progress in Aerospace Sciences, una de las revistas más influyentes del ámbito aeroespacial, ha cambiado el enfoque académico sobre el fenómeno UAP (Fenómenos Anómalos No Identificados). Más de 30 científicos de distintas disciplinas —entre ellos físicos, ingenieros, matemáticos y expertos en sensores— colaboraron para revisar la evidencia existente. Su objetivo fue, entre otras cosas, proponer un marco de estudio científico riguroso.
El estudio, titulado “Physical Constraints on Unidentified Aerial Phenomena”, recopila y analiza más de 100 años de observaciones. Muchos de estos registros proceden de bases de datos militares, informes confidenciales, sistemas de radar, sensores infrarrojos y satélites. Por lo tanto, se trata de un enfoque basado en datos contrastables y verificables.
Este tipo de publicación legitima un campo que durante años muchos ignoraron o trataron con escepticismo. De hecho, la inclusión del fenómeno UAP en una revista indexada marca un antes y un después.
Un estudio internacional y riguroso
El físico teórico Kevin H. Knuth, ex científico de la NASA y profesor en la Universidad de Albany, lidera el artículo. El equipo reunió informes desde 1933 hasta la actualidad, obtenidos de programas oficiales y testimonios técnicos de países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Japón, Irlanda o Noruega.
Entre los hallazgos más destacados figura la descripción de maniobras imposibles según nuestras leyes de la física. Estas incluyen aceleraciones instantáneas, cambios de dirección bruscos y desapariciones sin rastro térmico ni sónico.
El equipo evita especulaciones. En su lugar, emplea técnicas como el análisis fotograma a fotograma, la triangulación mediante ángulos conocidos, el uso de modelos físicos y el contraste de múltiples fuentes de datos para validar trayectorias y comportamientos. Así se garantiza la fiabilidad del análisis.
Los OSNIs: una dimensión submarina del fenómeno
El estudio no se limita al espacio aéreo. Por el contrario, también analiza el comportamiento de OSNIs (Objetos Submarinos No Identificados). Detectaron estos objetos mediante sensores militares y sistemas de sonar pasivo en aguas profundas.
Algunos se desplazan bajo el agua a velocidades superiores a 300 km/h. Además, lo hacen sin cavitación, sin ruido de motor ni desplazamiento visible del agua.
Esto indica que ciertos UAP operan en medios híbridos, tanto en el aire como en el agua. Por ahora, ningún ejército conocido ha replicado ese rendimiento tecnológico. Esta capacidad plantea preguntas serias sobre su origen y sistema de propulsión.
¿Encaja con la teoría criptoterrestre?
Desde criptoterrestres.com proponemos una lectura alternativa. ¿Y si estas inteligencias tuvieran un origen terrestre, aunque desconocido para nuestra civilización?
La presencia constante de estos fenómenos en zonas oceánicas profundas, lagos cerrados, zonas sísmicas o regiones inaccesibles sugiere la posible existencia de inteligencias ocultas. También cabe la posibilidad de estar ante tecnologías de origen local no humano.
No ofrecemos una conclusión definitiva. Aun así, consideramos razonable plantear, dentro del pensamiento crítico, que los UAP representan manifestaciones físicas de inteligencias ocultas en nuestro planeta. Estas podrían ser remanentes de civilizaciones prehistóricas, biotecnologías avanzadas o entidades interdimensionales cuya presencia ha pasado desapercibida.
Desde nuestra plataforma valoramos positivamente que este fenómeno empiece a abordarse con seriedad y método. La ciencia, por tanto, debe atreverse a estudiar lo desconocido, sin prejuicios ni reduccionismos.
Este estudio representa un avance clave. En consecuencia, defendemos un enfoque que combine evidencia empírica, apertura mental y rigor científico. La teoría criptoterrestre sigue siendo una vía legítima de exploración, sobre todo ahora que se acumulan más evidencias.

